El gobierno Sueco informó que creará una comisión investigadora que abordará la adopción ilegal de cientos de niños y niñas chilenos, que fueron enviados a Suecia principalmente durante el período de dictadura cívico-militar en Chile.
La noticia la dio a conocer el diario de dicho país, Dagens Nyheter, que consignó que el mecanismo de adopciones ilegales de niños chilenos fue usado por la dictadura como una herramienta para establecer vínculos diplomáticos con países como Suecia, buscando blanquear la imagen del régimen en Europa.
Las víctimas de estas adopciones ilegales eran menores en condiciones de vulnerabilidad o abandono, respaldados por informes sociales y judiciales que así lo acreditaban, sin embargo se trató de secuestros logrados bajo engaños a los padres.
Estos y otros aspectos ya han sido investigados en Chile por el juez Mario Carroza, y ahora la ministra sueca de Asuntos Sociales, Lena Hallengren, explicó que el estudio se extenderá en Suecia por dos años, buscando alinearse con la investigación chilena para no generar investigaciones paralelas.
El 12 junio del presente año, una delegación de la Agrupación Hijos y Madres del Silencio, quienes trabajan con familias separadas por secuestros de niños para ser dados en adopción, arribaron a Suecia para reunirse con el parlamento y el gobierno de ese país.
Esta visita se dio en compañía del diputado Boris Barrera, quien presidió en Chile la comisión investigadora de adopciones ilegales, y el subcomisario Mario Vásquez, de la Brigada de Derecho Humanos de la PDI.
Esta delegación se reunió con parte del parlamento sueco, logrando que se presentara una solicitud al gobierno para conformar una Comisión Investigadora, estimando que en Suecia hay más de 1.000 casos de adopciones ilegales de niños chilenos.
Grupo Diario Sur publicó una serie de reportajes sobre las adopciones ilegales, dando a conocer que muchos de estos casos ocurrieron en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y Aysén.
Se indagó en decenas de testimonios de madres que denuncian que sus hijos les fueron arrebatados durante este periodo, guardando hasta hoy la esperanza de reencontrarse con sus hijos, como también hay testimonios de reencuentros, dando cuenta de los claroscuros en las vidas de los niños que fueron enviados a Europa.
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