Por Mario Guarda
“Tu alegría, inteligencia, tu todo, tu sola presencia siempre fue motivo de alegría y vida para mí, ahora sé que estás en un lugar mejor al lado de tu abuelo que siempre quisiste conocer, eres brillante hijo y serás ese astronauta que soñabas ser, eres y serás mi mejor bolchevique, te amo para siempre hijo mío”.
Con esas palabras compartidas a través de redes sociales, Juan Navarro despidió a su hijo Martín, quien a sus 12 años de edad perdió la vida trágicamente tras ser atropellado luego de bajar de un furgón escolar.
El hecho, sucedido el pasado 27 de julio, impactó a la comunidad de Lanco, donde Martín residía, y a la región de Los Ríos en general.
Con este lamentable hecho, se abrió un flanco de preocupación acerca de las condiciones de seguridad para menores y escolares en su trayecto hacia y desde los establecimientos educacionales, en especial en lo que concierne al transporte escolar.
El seremi de Transportes y Telecomunicaciones de Los Ríos, Jean Pierre Ugarte, señala que “las niñas y niños están expuestos como nadie a sufrir las consecuencias de un siniestro vial”.
“Básicamente porque muchas veces son trasladados sin un sistema de retención que resguarde su integridad”, señala el seremi, exponiendo estadísticas nacionales del año 2020 que aclaran el contexto de riesgos para los menores.
A nivel nacional, solo en el año 2020, fueron 2.658 los menores entre 0 y 14 años que se vieron involucrados en accidentes vehiculares en calidad de pasajeros, de los cuales 28 resultaron fallecidos, y 187 con lesiones graves.
Por otra parte, en el mismo año, 434 menores estuvieron involucrados en accidentes de tránsito como peatones, de los cuales 12 fallecieron y 89 sufrieron lesiones graves.
En las cifras se evidencia el mayor riesgo para los menores cuando se trasladan en algún tipo de transporte en general, de hecho en Chile la principal causa de muerte en niños y niñas de entre 1 a 14 años son los traumatismos causados por siniestros de tránsito.
Revisando la realidad regional, el capitán Richard Martínez, subcomisario de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) Valdivia, aclara que en lo que va del presente año, se registra un total de 45 fallecidos en accidentes de tránsito en la Región de Los Ríos, por diversas causas.
“Sería de mi parte poco ético señalar que solo los conductores de automóviles, transportes remunerados de pasajeros o de carga son los responsables, no, aquí hay una responsabilidad tanto de conductores, tanto de peatones, y también la responsabilidad de los pasajeros”, explica.
Pero ¿existe una efectiva educación vial dirigida a escolares en los establecimientos educacionales?
El seremi Ugarte expresa que en ese contexto, desde muy temprano en los establecimientos educacionales se realiza educación vial a través de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), dependiente de la Seremi de Transportes.
“Realizamos charlas enfocadas en cursos de todos los ciclos, para que los escolares comprendan la importancia de moverse seguro, con el objetivo de desarrollar una cultura de autocuidado”, afirma el seremi de Transportes y Telecomunicaciones.
Sin embargo, estas charlas deben ser solicitadas por los establecimientos educacionales, quedando a voluntad de los sostenedores si aplican este tipo de formación o no.
Al respecto, Celia Hernández, presidenta del Colegio de Profesores Los Ríos es categórica.
“No lo tenemos dentro de la malla curricular, que viene dada desde el Ministerio de Educación, y en ninguna parte figura la educación vial, en los planes y programas aparece pero en forma muy simple”, afirma.
La docente recuerda que alrededor de 15 años atrás, se planteó la idea de incorporar en la malla curricular la educación vial, lo que no prosperó y no volvió a ser retomado.
“Yo creo que hoy en día esas políticas deberían integrarse como talleres, o dar una pincelada en cada establecimiento, porque tanto al conductor como al peatón hay que prepararlos para el día a día”, subraya Hernández.
La dirigenta gremial va más allá, y aclara que la idea original del profesorado era también instruir en este sentido a los estudiantes de educación media, pero con otro enfoque.
“Se pensaba también que sería importante que los alumnos de enseñanza media aprendieran las reglas del tránsito, para que el día que aprendieran a conducir estuvieran preparados ante cosas mínimas”, explica.
En consonancia con lo afirmado por Celia Hernández, el seremi de Educación de Los Ríos, Juan Pablo Gerter, es claro al confirmar la ausencia de educación vial en la institucionalidad que representa.
“En términos formales o en la prescripción normativa del currículum, no existe lo que podríamos llamar educación vial, por lo tanto formación en ese sentido no se desarrolla”, asevera.
El seremi Gerter manifiesta que existe a nivel escolar un Plan de Formación Ciudadana vigente desde el año 2016, dentro del cual debiera estar integrada la educación vial para generar normas básicas de convivencia en una sociedad democrática.
“Esas normas significan asegurar el bienestar de todas y todos sin transgredir el bienestar físico y psicológico de las personas. Un ejemplo súper básico; que tengamos luz roja para que paren los autos y pasen los peatones, es parte de esa forma de convivencia”, comenta el seremi de Educación.
Más lapidaria es la opinión del capitán Richard Martínez, subcomisario de la SIAT Valdivia: “Estamos muy al debe a nivel país -respecto a educación vial- no se inculca en los alumnos sobre materias inherentes o básicas de tránsito”.
“No se inculca por ejemplo, que los menores antes de efectuar el cruce de una calle miren a ambos lados, que puedan identificar qué es un paso de cebra, o que puedan identificar qué significa que esta personita esté verde o esté en rojo en un semáforo”, advierte.
El oficial de Carabineros considera que esta formación básica en los niños, debe ser impartida necesariamente por los docentes o por los padres.
Respecto al transporte escolar, específicamente, el Seremi de Transportes y Telecomunicaciones de Los Ríos, Jean Pierre Ugarte, asegura que se trata de un servicio que presenta muy bajas cifras de accidentabilidad.
“Conductores, auxiliares y sus vehículos, deben cumplir con requerimientos estipulados en la normativa y que van tras el objetivo principal del traslado seguro de los estudiantes”, explica en conversación con Grupo DiarioSur.
En ese sentido, la normativa vigente se respalda en el Decreto Supremo 38/92, reglamenta el servicio de transporte de escolares, en la Ley 19.831, que crea el Registro Nacional de Servicios de Transporte Remunerado de Escolares, también en el Decreto Supremo 38/03, que reglamenta el registro nacional para el transporte escolar, y la Ley de tránsito 18.290, condiciones técnicas, de seguridad y documentación.
Así también, hay una serie de exigencias técnicas para poder desempeñar el transporte de estudiantes, tales como el uso luz estroboscópica mientras suben o bajan escolares ó cintas retrorreflectivas, y portar cinturones de seguridad sobre el año 2007 en adelante y su correcto uso, entre otras.
Por otra parte, el Decreto Nº38 del año 1992, señala que los vehículos que transportan niños de niveles pre básicos en cantidad superior a cinco, además del conductor, deberá estar presente en todo el recorrido un acompañante adulto.
Este acompañante asume las obligaciones de velar por la seguridad de los menores, con especial énfasis en el cuidado del menor al descender del vehículo e ingresar al establecimiento educacional, a su casa o domicilio.
Los términos de esta normativa son confirmados por Raquel Casanova, presidenta de la Asociación de Transportistas Escolares Unidos Los Ríos, en especial lo que concierne a los casos donde se exige acompañante en el vehículo.
“De cinco párvulos hacia arriba uno debe tener asistente, no es obligación cuando uno lleva niños de básica y cursos más grandes”, indica a Grupo DiarioSur, aunque desde su experiencia dice que los niños más grandes no requieren del cuidado de una asistente en el furgón.
“Pero yo creo que también debiera haber una normativa que exija una asistente en el transporte de niños de básica, hasta cuarto básico tal vez”, reflexiona teniendo en cuenta la seguridad de los menores.
Una opinión parecida expresa la presidenta del Colegio de Profesores Los Ríos, Celia Hernández.
“Cada furgón escolar debería andar con un asistente para ayudar y facilitar el trabajo del chofer, porque no puede ir pendiente de la conducción y ¿quién cumple el rol de cuidado en la bajada de un menor?", cuestiona.
Al momento de identificar los principales riesgos para los niños, en especial para los escolares, hay un elemento central pero de reciente data que está generando diversos problemas al desplazamiento vehicular y a la seguridad vial.
Si bien a raíz de la pandemia la tasa de accidentabilidad disminuyó, con el retorno a la presencialidad se presentó un factor que no se detectó a tiempo.
“Lo que se notó fue el aumento explosivo del parque vehicular, por distintos motivos, originó que al haber mayor cantidad de vehículos lógicamente hay mayor cantidad de accidentes de tránsito”, apunta el capitán Richard Martínez, subcomisario de la SIAT Valdivia.
“Este es un tema a nivel país, no solamente a nivel de Región de Los Ríos, pero sí hubo un aumento y eso se demostró a principios de año con la congestión vehicular en todas las comunas de la región, aquí en Valdivia fue un caos el primer día de transporte escolar”, complementa el capitán Martínez.
La misma percepción tiene Celia Hernández, del Colegio de Profesores Los Ríos. “Es demasiado, es cosa de estar afuera de cualquier oficina o en las plazas de cualquier comuna y el parque automotriz es demasiado, se amplió yo diría que en un 60%”, comenta.
“Hoy día tenemos un parque automotriz demasiado grande en todos lados, los niños siguen en las calles y para evitar desgracias deberíamos anteponernos a eso y prepararnos”, es la advertencia que lanza la dirigente de los docentes de la región.
Quienes bien conocen y sufren este fenómeno, son los transportistas escolares agrupados en la Asociación de Transportistas Escolares Unidos Los Ríos, cuya presidenta describe cómo lo han vivido en el cotidiano.
“En estos momentos el riesgo más grande es encontrarse con esta congestión que apareció de la noche a la mañana después de la pandemia, una cantidad de vehículos que nunca se había visto”, menciona Raquel Casanova.
“Antes de la pandemia se formaban tacos por ejemplo de un cuadra, pero ahora en la mañana es algo interminable, al principio nos atrasábamos porque no sabíamos qué vía tomar que fuera más expedita, porque a la calle que uno se iba se encontraba con los tacos”, agrega.
Lo anterior implica que los transportes escolares, al menos en Valdivia, deben iniciar su recorrido mucho más temprano para no retrasarse, lo que compromete también a los escolares que deben levantarse más temprano que antes de la pandemia.
Esto trae aparejadas otras situaciones que también significan riesgos para los menores.
“Trabajo en el colegio Alonso de Ercilla y cuando uno quiere salir a Pedro Montt, hay congestión y uno quiere pasar y no dan la preferencia aunque uno la tenga, varias veces al día uno se encuentra con esto”, denuncia Casanova.
Muy pocos son los conductores particulares que dan la preferencia o asumen mayor cuidado al estar cerca o junto a un transporte escolar. Raquel Casanova explica que hay un evidente nivel de agresividad de parte de los conductores, sobre todo al ver a una mujer al volante.
“Lo primero que te gritan los varones; ¡mujer tenía que ser! como que las mujeres no somos capaces de realizar un trabajo que muchos no lo hacen o no pueden realizar, los camioneros sobre todo son los más imprudentes”, apunta.
Incluso en el mismo acceso a los establecimientos educacionales hay problemas con vehículos particulares, ya que al ir dejar a sus hijos se ha hecho habitual que los padres estacionen en los espacios exclusivos para el transporte escolar.
“Muchas veces hemos estado obligados a estacionarnos en doble fila para poder bajar a los chicos, porque los apoderados no salen y eso es un riesgo para los niños”, puntualiza la dirigenta.
“Ahí sí que he tenido pleitos graves con apoderados”, reclama. “Lo que hacen es que se quedan ahí mirando a sus hijos hasta que entran a la sala, y después se van”.
Desde la Seremi de Educación se reconoce que el tema específico del aumento de parque automotriz no se ha abordado, pero se indica que se han establecido conversaciones con la Seremi de Transportes a fin de generar ciertas condiciones de seguridad vial.
“Es un tema que podríamos decir es tangencial a lo educacional en estricto rigor, pero también nos involucra, creo que sería importante tenerlo en consideración en el trabajo conjunto que hagamos con Seremi de Transportes”, dice el seremi Juan Pablo Gerter.
Agrega que la Seremi de Transportes ha ejecutado acciones de control y fiscalización en las afueras de establecimientos educacionales, lo que es refrendado por Raquel Casanova.
“El seremi un día fue al colegio donde trabajo, sacó a todos los autos que estaban estacionados ahí, cursaron partes”, asegura. Pero se trata de acciones puntuales que, si bien son eficaces, no solucionan el problema de fondo.
La serie de problemáticas detalladas en este reportaje no afectan solo a centros urbanos como Valdivia, sino que se replican en todas las comunas, y requieren determinación para llegar a soluciones.
Sin duda la lamentable pérdida de la joven vida de Martín Navarro remueve emociones, pero también tiene que mover voluntades, y en esa línea el seremi de Educación Juan Pablo Gerter expresa que se deben tomar decisiones.
“Por tan terrible acontecimiento, de verdad que es muy lamentable, muy trágico, que conmueve a la comunidad escolar y a la comuna de Lanco, eso nos obliga sin duda a tomar algunas acciones más decididas en términos formativos”, concluye.
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