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Por Javier Mardones , 24 de septiembre de 2017

Bertita, la pequeña víctima que dio origen a la animita de calle Bueras en Valdivia

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La historia del crimen que horrorizó a la ciudad en 1923

Todos quienes hemos transitado por calle Bueras, a la altura del Supermercados Líder en Valdivia, hemos visto una animita que recuerda la muerte de una persona. No sabemos quién, ni que pasó ni menos cuando ocurrió.

Pues bien, la animita de calle Bueras fue erguida en memoria de Berta Vargas, una niña de 4 años que vivía en ese sector incluso antes de que se construyera ahí el antiguo Hospital John Kennedy.

Una mañana de 1923, su madre debió concurrir al Hospital Regional a hacerse una muestra de sangre y dejó a “Bertita” al cuidado de una tía.  Cuando volvió, a eso del mediodía, preguntó por ella y la tía  respondió que “debía andar por ahí, jugando”.

Mientras la niña jugaba por lo que hoy es la calle Bueras, en las cercanías de Errázuriz, apareció un misterioso hombre y le ofreció su mano. Nadie sabe qué fue exactamente lo que ocurrió aunque sí hay testigos que dicen haber visto a la niña caminando junto a este sujeto. Nadie vio nada raro en esto, pensaron que se trataba de un familiar o de su padre.

Pasadas las doce del día, un niño que llevaba el almuerzo a su padre vio un cuerpo desnudo e inerte en una zanja. Se trataba del cadáver de Bertita. La niña había sido violada y luego asesinada por el misterioso hombre, que a la postre resultó ser Primitivo Contreras, un empleado de un fundo en Huellelhue.   

Tras su captura, y también tras negarse a reconocer el crimen, Conteras fue declarado culpable. Sangre en su ropa interior y un pedazo de zapato en el lugar de los hechos fueron las pruebas que lo inculparon, además de las coincidentes versiones de distintos testigos.

El homicida fue traído por Carabineros que se traslaron a caballo y que tardaron varias horas en llegar y ubicar al hombre que ya planificada su escape a otra ciudad.

Curiosamente, nadie sabe en qué cementerio está enterrado el cuerpo de Berta Vargas ni tampoco hay ningún obituario de su fallecimiento en los diarios de la época, probablemente debido a que la familia de la niña era pobre.

Sin embargo, la animita de calle Bueras ha hecho de esta tragedia una de las más recordadas de la historia de Valdivia.  Muchos incluso le atribuyen milagros, como es posible advertirlo hoy al transitar frente al Supermercado Líder. 

Nota basada en artículo publicado por Blog Valdivia Patrimonial, basándose en la historia publicada por el sitio electrónico Kolumnista.cl

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