Aquiles Alfaro, un niño de siete años y que es una figura habitual en la dotación de la lancha LSG “Corral” de la Armada en Valdivia.
Desde muy pequeño, este pequeño cultiva un profundo amor por el mar y la institución naval, un sueño que, según sus propias palabras, lo acompañará hasta convertirse en marino.
El comandante Alejandro Valenzuela, gobernador marítimo de Valdivia, destaca a Diario de Valdivia la presencia de Aquiles y señala que desde pequeño ha estado cerca de la institución.
“Bueno, Aquiles, es un niño que desde muy chiquitito ha estado formando parte de esta dotación... Se ha incorporado a la dotación de la unidad, él tiene su uniforme y forma con la dotación para las ceremonias de mayor relevancia”.
La reciente participación de Aquiles en la ceremonia número 25 de la LSG “Corral” es una prueba más de su integración.
“Es un aliciente para nosotros el que personas jóvenes, niños, se motiven con nosotros. Aquiles siente que la Armada es parte de su crecimiento y que también es parte de su vida”, dice.
La esperanza es que muchos otros jóvenes sigan su ejemplo y se motiven con la actividad marítima.
Por su parte, el pequeño Aquiles comparte su entusiasmo: “Me gusta la Armada y casi siempre estoy cuando están de guardia mis tíos marinos. Yo los llamo y me quedo acá. A veces dibujo o me quedo hablando con ellos en el puente que es de donde se gobierna la lancha”.
Su sentido de pertenencia es innegable: “Sí, me siento parte de la Armada, porque para mi cumpleaños me sacaron a pasear a Corral y lo pasé bien con mi hermana y con mi mamá”.
Su madre, Janis Alfaro, relata cómo Aquiles, en sus inicios, se sentaba en el muelle a esperar la embarcación cuando esta no estaba en puerto.
Explica que el interés de Aquiles por el agua y los barcos fue desde muy chico. “Después empezó a conocer a los marinos; preguntaba qué es lo que eran, qué hacían y ahí se anduvo entusiasmando con el buque, le dice él, la Corral”.
La curiosidad innata de Aquiles sorprendió a muchos, dice Janis, ya que “nunca había un niño que preguntara tantas cosas”. Incluso cuando la lancha no estaba, Aquiles preguntaba por su paradero y esperaba su llegada, observando cómo se amarraban las cuerdas y los nudos e incluso identificando a la tripulación.
La mampa ve con gran entusiasmo el interés de su hijo. A sus siete años, Aquiles, quien comenzó a mostrar entusiasmo entre los cuatro y cinco años, ya declara que “va a ser un comandante”.
Su compromiso es tal que asiste a ceremonias oficiales de la Armada vestido de marino. “Porque se siente marino ya, es parte, siempre está en la mayoría de las ceremonias, participa Aquiles con su uniforme. El es un marino”, afirma su madre.
Mientras la embarcación esté en puerto, Aquiles está constantemente visitándola y pendiente de las actividades.
La historia de este niño valdiviano conmovió a las autoridades de la Armada quienes lo han recibido como uno más de su equipo, lo que refuerza la idea de identificación de la institución con la comunidad.
Mira aquí un video de este joven marino:
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