La Región de Los Ríos experimentó un incremento sostenido en los delitos asociados al crimen organizado, según el Indicador Nacional elaborado por CESCRO de la Universidad San Sebastián.
Durante 2024, se registraron 3.904 casos ingresados al Ministerio Público, lo que representa un alza de 99,5% en comparación con 2023, superando el promedio nacional de +31,8%.
La tasa regional de 1.014 delitos por cada 100 mil habitantes posiciona a Los Ríos con una incidencia superior a la de Los Lagos y La Araucanía.
El estudio detalla que las mayores variaciones entre 2023 y 2024 se observaron en corrupción (+4.466,7%), delitos asociados a organizaciones criminales (+2.000%) y aquellos ligados a la presencia de armas (+287%).
Los delitos más frecuentes en la región siguen siendo los vinculados con armas y drogas, ambos por sobre los promedios nacionales. La investigadora de Cescro-USS, Camila Astraín, indicó que esta tendencia refleja que la criminalidad se redistribuye a territorios antes percibidos como menos expuestos, generando un "efecto globo".
En el desglose por comunas, Valdivia concentró la mayor frecuencia ponderada de delitos, al registrar 2.430 casos en 2024. Le siguieron Panguipulli con 365 casos y La Unión con 259 casos. Considerando la tasa ponderada, ajustada por población, Valdivia (205,5 delitos por cada 100 mil habitantes), Panguipulli (148,2) y Lanco (118,9) se posicionan como las comunas con las mayores tasas de criminalidad.
Entre 2023 y 2024, las comunas con mayor incremento porcentual fueron Panguipulli (+349,7%), Lanco (+230,2%) y Paillaco (+145,2%). Al comparar el período 2022–2024, se destacan los aumentos en Panguipulli (+490,3%), Los Lagos (+272,1%) y Mariquina (+256,3%). La única comuna con un descenso en el último año fue Corral, que retrocedió -21,6%.
Es una herramienta desarrollada por CESCRO–USS para medir la magnitud y la distribución territorial del crimen organizado en Chile. Se basa en los 74 delitos ingresados al Ministerio Público que fueron definidos como asociados al crimen organizado, los cuales fueron agrupados en ocho dimensiones (drogas, armas, contrabando, organizaciones criminales, violencia asociada, corrupción, ciberdelincuencia y otros).
Para dimensionar su impacto territorial, utiliza dos métricas complementarias: la frecuencia ponderada, que asigna un puntaje al peso relativo de los delitos en un territorio según su volumen; y la tasa ponderada, que ajusta los registros por cada 100 mil habitantes, permitiendo comparaciones entre comunas y regiones de distinto tamaño poblacional. Recibe nuestras noticias en: WhatsApp | Instagram | Newsletter.
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