Este pasado jueves 15 de mayo, la Sala Multi-Expresión del Edificio Eleazar Huerta de la Universidad Austral de Chile fue escenario de una nueva puesta en escena de Antígona, de Sófocles. El montaje fue desarrollado por el Taller de Artes Escénicas, parte de la Especialización en Dirección Teatral Escolar de la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación.
La obra, adaptada por el dramaturgo y exacadémico Roberto Matamala Elorz, marcó el regreso de las tragedias griegas a la universidad, tras siete años sin este tipo de representaciones, y la dirección estuvo a cargo de la académica Ruth Marina Belmar y el docente en formación Marcos Rojas Correa. Por su parte, ell elenco estuvo conformado por estudiantes del taller, quienes enfrentaron el desafío de interpretar este clásico del teatro universal.
Uno de los aspectos destacados de la producción fue el diseño de vestuario, a cargo de la estudiante Constanza Martínez. Según relata, el trabajo exigió un alto nivel de compromiso y esfuerzo. “Fue un proceso intenso, lleno de desafíos, pero también de mucha satisfacción”, comenta.
Sin embargo, el esfuerzo rindió frutos: la obra se presentó con éxito, dejando una profunda sensación de orgullo. Más allá del crecimiento profesional, esta vivencia permitió fortalecer lazos con sus compañeros y descubrir una verdadera pasión por la organización y la producción teatral.
Por otro lado, Cristian, uno de los actores de la puesta en escena que interpretó a Creonte, el rey de Tebas, compartió su testimonio sobre los desafíos de enfrentarse al público. “Al principio estaba nervioso, incluso sentía que temblaba mucho. Pero a medida que avanzaba, todo comenzó a fluir con más naturalidad. Agarré confianza y, al final, fue divertido, aunque claro, el miedo siempre estuvo ahí”.
“Me gustó muchísimo. De hecho, lo volvería a hacer sin dudarlo. Fue gratificante, divertido y simplemente genial. No sé cómo explicarlo, pero se siente bonito”, agregó.
La obra no solo logró conectar con el público, sino que también dejó huella en sus actores, demostrando una vez más cómo el arte es transformador y da vida a quienes se atreven a participar en él.
Además, los estudiantes del Colegio Los Conquistadores y del Instituto Príncipe de Asturias vivieron una experiencia cultural enriquecedora al asistir a la puesta en escena. Lucía Santibáñez, estudiante de segundo medio, compartió que esta representación marcó su primer acercamiento al mundo teatral.
“Nunca había visto algo así en el colegio. Que nos involucren en una obra de teatro fue genial. “El personaje de Antígona me fascinó, especialmente por la producción del vestuario. Desde el rey hasta los ciudadanos, todos los detalles eran increíbles, como las joyas y los accesorios en los brazos. Además, el tema de la obra la hacía aún más interesante”, señaló.
Del mismo modo, Karen Leal, madre de una estudiante de primer año de Lenguaje y Comunicación, quedó maravillada tras asistir a la función. “Me pareció espectacular. Nunca había venido a una obra aquí, pero vine porque mi hija está comenzando su camino en las artes escénicas”.
El personaje interpretado por Karla Fuentealba se convirtió en su favorito, no solo por el vínculo familiar, sino también por la calidad de la interpretación. Karen destacó la importancia de estos espacios formativos: “Se agradece que la universidad ofrezca estos talleres. Los estudiantes de primer año demostraron un nivel profesional. Quedé impresionada”.
Este montaje reafirmó el valor del teatro como herramienta pedagógica. Para los estudiantes universitarios, representó una oportunidad para experimentar el impacto del arte en la educación, y para el público, una experiencia enriquecedora. En ambas funciones, quedó de manifiesto que el arte escénico sigue siendo una vía poderosa para el aprendizaje, la crítica y la conexión humana.
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